La Comisión de Investigación Técnica de Accidentes de Aeronaves Militares protagoniza la clausura de la 9ª edición de INACCAero

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Su presidente, el General Julián Roldán Martínez, imparte una conferencia en el acto en el que se entregaron diplomas a 41 alumnos que finalizaban este posgrado de formación específica en investigación de accidentes aéreos.

41 alumnos han finalizado con éxito el Curso de Investigación de Accidentes e Incidentes de Aeronaves (INACCaero) por la Universidad Politécnica de Madrid (UPM) en su novena edición. Un curso, el único en español que forma en los conocimientos de base necesarios para participar eficientemente en una investigación de un incidente o accidente aéreo, tanto en el ámbito civil como en el militar.

Esta propuesta formativa tiene la peculiaridad de que permite su realización en dos modalidades, semipresencial y presencial. En este caso, 28 alumnos la han seguido de forma semipresencial, mientras que 13 la han recibido totalmente en las aulas de la ETSI Aeronáutica y del Espacio (ETSIAE). Casi el 50% de los alumnos en esta última edición pertenecen a las Fuerzas Armadas Españolas, pues INACCaero es un referente para el Ministerio de Defensa.

La última lección que han recibido los alumnos ha llegado de la mano de Julián Roldán Martínez, General Presidente de la Comisión de Investigación Técnica de Accidentes de Aeronaves Militares, precisamente para hablar sobre el “Pasado, Presente y Futuro de la CITAAM”.

Desde su creación, en 1994, la CITAAM ha investigado más de 300 accidentes militares, con una media de unos 10 u 11 al año. “Clausurar este curso me permite poner en valor lo que hacemos en la CITAAM, siempre con el objetivo de prevenir, de ayudar a la seguridad en vuelo, nunca de prejuzgar”, explicó el General Roldán.  “Se trata de un trabajo en equipo con un proceso de investigación dividido en tres etapas: analítica, de síntesis (conclusiones y recomendaciones), y de acondicionamiento (control de calidad)”.

Con la mirada puesta en el futuro, desde la CITAAM esperan que “haya un menor número de accidentes reduciendo el número de víctimas mortales. Por el contrario, habrá más accidentes de UAS, pues su uso sigue creciendo, pero afortunadamente al no llevar tripulación, no irán asociados a víctimas humanas. Y en general, habrá más procesos automatizados anticipándose al error y se usarán nuevas tecnologías para la reconstrucción de los accidentes”, apostilló su presidente.

Dirigiéndose a los alumnos que recibían sus diplomas, el General Roldán les comentó que “las puertas de la CITAAM están abiertas para recibir cualquiera de sus inquietudes, tanto de los miembros pertenecientes a las Fuerzas Armadas como del resto de estudiantes del curso”.

La prevención como meta
En el acto de entrega de diplomas, también estuvieron presentes autoridades de otras instituciones que apoyan y colaboran en esta titulación desde sus comienzos. Montserrat Mestres, directora de la Agencia Estatal de Seguridad Aérea (AESA), agradeció a los responsables universitarios “que sigan teniendo esta iniciativa para fomentar la cultura de la seguridad, porque una buena formación es garante de la seguridad y la propia investigación de accidentes contribuye a la seguridad operacional”.

Barsen García-López, vicepresidente del Instituto Iberoamericano de Derecho Aeronáutico y del Espacio y de la Aviación Comercial (IIDAEAC), recordó que “la investigación de accidentes es la base para que estos no vuelvan a producirse”.

Genaro Santamarta, que intervino en representación del presidente del Sindicato Español de Pilotos de Líneas Aéreas (SEPLA), Óscar Sanguino, explicó que hace 5 años él mismo fue alumno de este curso. “Conozco de primera mano todo lo que se aprende en este curso y animo a todos los pilotos a realizarlo”.

Cerró el acto, la directora del INACCaero, Cristina Cuerno, quién desatacó positivamente “la calidad y precisión de los trabajos finales” presentados por los alumnos como colofón de sus 9 semanas de formación, en las que “esperamos haberles transmitido, más allá de los conocimientos, el rigor, la sensibilidad y la ética profesional que gobierna esta importante actividad”.

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