Salida desde la Escuela
Se notan las caras llenas de ilusión por salir de la rutina, las ansias de poder ver de cerca muchos aviones, y por qué no decirlo, de aprender “de una manera distinta”.
Base Naval de Rota
Amanecer del día siguiente. Llegamos al muelle con un poco de antelación, con lo que pudimos deleitarnos en contemplar atracados varios destructores DDG estadounidenses de la clase Arleigh Burke, y una fragata de la clase Álvaro de Bazán, en plena salida a la mar.
Subimos a bordo del buque de asalto anfibio Juan Carlos I, y conducidos a la Sala de Briefings, donde nos dio la bienvenida muy cordialmente el comandante del buque, CN D. José Lago. Nos explicó que esta vez nuestra visita se iba a simultanear con un ejercicio de “zafarrancho de combate”, preparatorio de unas próximas pruebas de calificación operativa (CALOP), a las que el buque se iba a someter. De allí, y tras dividirnos en dos grupos, comenzamos a recorrer el buque. Resultó espectacular poder visitar, entre otros, el puente de mando, el CIC, y la sala de mando para el control de incidencias, mientras la tripulación estaba recibiendo por megafonía avisos simulados de distintos tipos de emergencias, incendios, etc., con los cobertores ignífugos puestos, además de los arneses de seguridad, etc. La verdad es que poder recorrer los pasillos repletos de equipamientos (bombas sumergidas, hachas, eslingas, cadenas, medios de extinción, linternas de emergencia, recuerdos de otros buques antecesores, etc.), atravesar los mamparos y puertas, subir y bajar por los trozos (escaleras empinadísimas), etc. en estas condiciones, es una experiencia difícilmente descriptible.
Como no podía ser de otra forma, subimos a la cubierta de vuelo a hacernos una foto de grupo, donde además de poder disfrutar de las imponentes vistas del trampolín (ski‐jump), y de los otros buques con tan privilegiada perspectiva, nos esperaba una sorpresa: poder descender a la cubierta del hangar de aeronaves, todos a la vez, utilizando el ascensor de aeronaves de proa, justo delante de la isla.
Al igual que en otras ocasiones, también visitamos las muy completas dependencias de atención sanitaria, el primario de vuelo, la cubierta de carga y el dique inundable ‐con el portalón abierto‐. Nos acompañó, en todo momento muy atenta y servicialmente, la dotación del buque, respondiendo a todas nuestras preguntas.
Por último, tuvimos la ocasión de descansar y de despedirnos de la tripulación en el Salón de Oficiales, y muy en especial, de poder contemplar en un sitio destacado, la vitrina con la bandera de combate del buque, entregada a éste por la Reina Sofía en Cádiz, en el año 2013.
De allí nos acompañaron a la Flotilla de Aeronaves, tras hacer un recorrido descriptivo por las instalaciones principales de la extensísima Base, acompañados por un miembro del Servicio de Protocolo y Relaciones Institucionales del Gobierno de los EEUU.
Una vez allí, fuimos recibidos frente al edificio de los Simuladores, por su comandante CN D. José Luis Nieto. Tras unas palabras de bienvenida, a continuación visitamos estas modernas instalaciones donde pudimos conocer los simuladores del helicóptero SH‐60B (de 6 grados de libertad), así como el del AV‐8B+ Harrier II ‐recientemente modernizado‐.
A continuación visitamos las escuadrillas de poniente; la novena de los aviones Harrier, y la décima de los helicópteros Seahawk (con su última adquisición, el SH‐60F). Fue muy interesante poder observar estas aeronaves de cerca, y poder escuchar explicaciones de primera mano de su personal, muy atento y afanoso por atendernos. En el aire flotaba el debate profesional sobre varios temas; la retirada de los venerables helicópteros SH‐3D Sea King de la quinta escuadrilla, la futura incorporación de la variante naval del NH‐90, las posibilidades de adquisición del F‐35B, etc.
Base Aérea de Morón
Amanece otro día. Fuimos recibidos en el Salón de Actos del Centro de Instrucción ASTA (Aircrew Synthetic Training Aids) por el Jefe de la Base de Morón y del Ala 11, Col D. Carlos Pérez. En una breve alocución, destacó la profesionalidad de las fuerzas armadas y su absoluta vinculación con la sociedad española, a la que pertenecen y de la que dimanan. Presentó las diferentes misiones y cometidos de las unidades bajo su mando, y en particular, las posibilidades profesionales de los Ingenieros Aeronáuticos.
Por último, como máximo responsable español del programa Eurofighter, comentó aspectos muy interesantes sobre la oportunidad y conveniencia de la participación de nuestro país, así como de las bondades del avión.
A continuación el Sr. Coronel cedió la palabra al Tte. Castro, egresado de nuestra Escuela, que nos hizo un rápido resumen del contenido de lo que iba a ser la visita. Para nosotros, siempre es un motivo de orgullo y gran satisfacción encontrarnos a nuestros alumnos desarrollando su labor profesional y prestigiando sus orígenes académicos, allá donde podamos ir. Tuvo la gentileza además, de contarnos su experiencia profesional desde que salió de nuestro centro y nos acompañó el resto de la jornada.
Al término de las presentaciones, y en ese mismo edificio, se nos enseñaron los diferentes medios de simulación para los pilotos; entrenador de cabina (cockpit trainer), simulador completo de misión (full mission simulator), etc. Tuvimos la oportunidad de preguntar a varios pilotos que estaban utilizando dichas instalaciones, realizando su plan de instrucción.
De allí fuimos conducidos a la plataforma de aeronaves, donde se encontraban varios cisternas KC‐135 Stratotanker estadounidenses, acompañados por una Oficial Piloto, un operador de la pértiga de reabastecimiento y un Controlador Aéreo, todos de la USAF. Al llegar a uno de estos aviones, nos recibió el “Maestro de Carga” del avión (Load Master) y pudimos recorrerlo acompañados por nuestros anfitriones, que nos atendieron muy paciente y atentamente.
Resultó impresionante el angosto acceso a la cabina de la tripulación desde el suelo, por una escalerilla, además de las plataformas de rodillos para desplazar las cargas en la cabina de carga, el propio portón de acceso, y como no: la pértiga bajo la cola (boom), que en esta ocasión tenía conectada en su extremo un tamo de manguera flexible con un gran cesta cónica articulada universalmente (una especie de volante de bádminton), con el fin de poder repostar las aeronaves receptoras dotadas de sonda “macho”, en lugar del alternativo receptáculo “hembra”. Fueron inevitables las comparaciones con el A330 MRTT, recientemente visitado en la factoría de Airbus Getafe.
Visitamos luego el barracón de alarma, donde estaban apostados en “Alerta 15” varios cazas con armamento real, listos para iniciar una secuencia de despegue inmediato e irse al aire, en un tiempo inferior a 15 minutos. El joven Tte. Piloto que se dirigió a nosotros, nos explicó las peculiaridades del equipo de vuelo con el que iban equipadas las tripulaciones de los Eurofighter, incluyendo el incómodo pero imprescindible traje especial para bajas temperaturas, y cuyos sellos especiales asomaban por mangas y cuello bajo el equipo de protección integral anti-g’s. Fue una lástima no poder ver el nuevo casco Striker, con proyección de datos integrada en la propia visera, que dejamos pendiente para una próxima ocasión.
A continuación nos trasladamos al Banco de Motores, donde nos expusieron las capacidades de la instalación, y nos hicieron una demostración con el turbofán EJ‐200, motor que equipa al avión Eurofighter (este avión lleva instalados dos). Fue impresionante ver el motor con la postcombustión encendida, y poder comprobar unos minutos más tarde, poniendo literalmente encima nuestras manos, que exteriormente la tobera estaba completamente fría, incluyendo los pétalos de geometría variable. También tuvimos oportunidad de comprobar el aislamiento acústico de la instalación, y el ruido ensordecedor en la admisión, incluso a régimen de ralentí (idle), cuando abrieron la puerta.
Por último, fuimos conducidos a unos hangares desmontables cercanos a la línea de vuelo de los Eurofighter (ahora protegidos ambientalmente por unas grandes sombrillas), para conocer este magnífico avión. Se sumaron a la vista varios oficiales más, también antiguos alumnos de nuestra querida Escuela, además de suboficiales de mantenimiento de la estructura, electrónica, etc. Fue una delicia poder recorrer, una vez más, el avión de punta a punta con tan experimentada y grata compañía. En esta ocasión en especial, pudimos observar con detalle el sistema de amunicionamiento del cañón, los elementos defensivos pasivos antirradar y antiinfrarrojos, bomba guiada por láser, etc. Una auténtica clase magistral, «in situ».
Y ya acabamos la jornada descansando de tan intensa día, comiendo en la Taberna de nuestro amigo “El Coleta”, al que desde estas líneas mandamos un cordial saludo, y esperamos volver a ver, como siempre, en futuras ocasiones.
Para acabar, quisiera dar las gracias en nombre de la Escuela, a nuestra Armada y Ejército del Aire por invitarnos a conocer sus actividades e instalaciones, que a buen seguro redundarán en beneficio mutuo, y permitirán mantener y estrechar nuestros lazos de afecto.
*José Luis Hernando, ingeniero aeronáutico, es profesor de la Escuela Técnica Superior de Ingeniería Aeronáutica y del Espacio de la Universidad Politécnica de Madrid, en el Departamento de Aeronaves y Vehículos Espaciales.