Dos egresadas de la ETSIAE, premiadas por la Fundación ENAIRE por sus Trabajos Fin de Grado

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Celia Martín de Valmaseda y Cristina Sanz han obtenido el Premio José Ramón López Villares en la especialidad de navegación aérea y en la especialidad de aeropuertos respectivamente.

La Fundación ENAIRE entrega los galardones aeronáuticos de su XXVII edición en las siguientes modalidades: Premio de Periodismo Aeronáutico, Premio I+Dron, Premio de Innovación Aeronáutica (Luis Azcárraga) y el Premio Fin de Grado y Fin de Máster José Ramón López Villares, en las modalidades de navegación aérea y aeropuertos.

Las egresadas del Grado en Ingeniería Aeroespacial por la Universidad Politécnica de Madrid (UPM), Celia Martín de Valmaseda y Cristina Sanz han obtenido el Premio José Ramón López Villares por sus Trabajos Fin de Grado desarrollados en la Escuela Técnica Superior de Ingeniería Aeronáutica y del Espacio (ETSIAE).

El Premio Fin de Grado y Fin de Máster José Ramón López Villares es de periodicidad anual y está destinado a reconocer TFGs y TFMs de Ingeniería Aeronáutica y Aeroespacial, así como de las disciplinas de Ingeniería Civil, Ingeniería de Caminos, Canales y Puertos, Ingeniería Industrial e Ingeniería de Telecomunicaciones que se hayan realizado sobre navegación aérea o aeropuertos en cualquier universidad española, redactados en cualquiera de nuestras lenguas oficiales o en inglés. Pueden concederse hasta un máximo de cuatro reconocimientos de 3.000 euros cada uno. En esta edición, se han presentado 13 candidaturas.

En navegación aérea
En la especialidad de navegación aérea, el galardón ha recaído en Celia Martín de Valmaseda por su TFG titulado “Modelo de programación de incidencias en la red de Transporte aéreo. Aplicación a la expansión del COVID”.

Su planteamiento es el siguiente: la aviación, como medio de transporte encargado de conectar los puntos más remotos del planeta, hace que esas conexiones también se conviertan en vectores transmisores en la propagación de incidencias, que pueden incluir desde los retrasos en vuelos o las clausuras de aeropuertos hasta la transmisión de enfermedades como la COVID-19. Celia usó la Teoría de Redes para analizar las conexiones en Europa mediante los vuelos de junio de 2019, con más de 150.000 viajes. “Tras el primer estudio y la obtención de las métricas desarrollé un innovador método para conocer la exposición relativa de cada aeropuerto respecto de la red y respecto a determinados nodos donde se simulaban la clausura o retraso de vuelos. Finalmente teniendo en cuenta el dinamismo de los datos, obtuve cuáles eran los aeropuertos más críticos en la propagación de incidencias”, explica.

El jurado ha valorado que el proyecto propone un modelo de estudio de las características de la red de aeropuertos europea a través del análisis de la propagación de incidencias, como es el caso de una enfermedad contagiosa, con una aplicación práctica a la propagación del COVID-19. El análisis realizado se sustenta en los modelos de redes, resultando innovador y con objetiva vocación a la identificación de riesgos y medidas de mitigación.



Como señala la estudiante de la ETSIAE, “además de ser el primer estudio que trata el transporte aéreo como una red en la que se analizan las consecuencias de cualquier incidencia, lo realmente importante es medirlo en términos de seguridad, puesto que las autoridades podrían usar estos métodos para conocer la exposición de cada aeropuerto y mitigar al máximo las consecuencias”.

En aeropuertos
En la especialidad de aeropuertos, se han premiado dos trabajos, uno al TFM de un estudiante de la Universidad Carlos III y el otro, al TFG de Cristina Sanz García: “Hub escalable para la transición ecológica de las operaciones aéreas empleando hidrógeno verde”.

Su proyecto surge de la necesidad de descarbonización de la aviación, donde un factor clave es el hidrógeno como combustible limpio para las distintas aeronaves al objeto de desarrollar una transición ecológica en el transporte aéreo. “Este trabajo se centra en el hidrógeno verde, único tipo de hidrógeno capaz de eliminar por completo las emisiones de CO2 al ser producido a partir de la electrólisis del agua y emplear energías renovables como origen de la electricidad”, expone Cristina.

“Estudiando las inversiones requeridas para desarrollar un hub que permita la producción de hidrógeno verde in situ, en el propio aeropuerto, he elaborado un modelo que permite estimar el coste de producción de este tipo de hidrógeno verde y, por tanto, el precio de venta que podría ofrecer al mercado. Incluye la posibilidad de emplear la energía renovable (eólica onshore, eólica offshore o fotovoltaica) que resulte más favorable según las condiciones de contorno, como el volumen de producción o la localización geográfica concreta del hub”, sostiene la titulada de la ETSIAE.

El jurado destacó que este proyecto estudia un modelo que contempla la construcción de un hub en las instalaciones de un aeropuerto que permita alimentar con hidrógeno renovable a las aeronaves. Realiza una descripción en profundidad de todos los eslabones de la cadena de valor del hidrógeno verde, así como de los consumidores finales, las aeronaves, alcanzando los objetivos iniciales planteados, analizando la inversión y el gasto asociado de implementar esta propuesta, así como la rentabilidad del mismo.

Orgullo y motivación
Celia y Cristina se sienten agradecidas por recibir estos galardones. “Estoy orgullosa del trabajo realizado y este premio ha supuesto una gran motivación para seguir desarrollando una carrera profesional en este sector que tanto me gusta y un recordatorio de por vida de lo aprendido en la Universidad”, afirma Celia, mientras que Cristina sostiene que “este premio no solo supone un reconocimiento al Trabajo Fin de Grado, sino a todo el esfuerzo que ha sido necesario desempeñar durante la carrera universitaria”. Ambas, actualmente continúan sus estudios en la ETSIAE, matriculadas en el Máster Universitario en Sistemas del Transporte Aéreo (MUSTA).

 

 

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